Y ya que se trata de Tui y de lo que permite nuestro concello, no podemos dejar de citar algunos sabrosos pasajes:
¿Por qué un hostelero gallego al que le costaría distinguir unas castañuelas de unos mejillones solicita una licencia para abrir un tablao flamenco? Para mantener abierto su negocio hasta las cinco y media de la madrugada. Nada más.
Que concedan o no la licencia es cuestión de los ayuntamientos que, por lo que se ve, las otorgan a manos llenas. A pesar de que el reglamento que regula los horarios de apertura y cierre de espectáculos y establecimientos públicos de la Xunta establece una serie de requisitos que estos negocios incumplen de principio a fin.
Algo similar ocurrió con los locales con licencia de café-concierto, café-cantante o café-teatro, a los que se permitió permanecer abiertos hasta las cinco de la madrugada, tres horas más que antes. Estas decisiones han causado sorpresa entre los empresarios de la hostelería.
Samuel Pousada lamenta que muchos alcaldes «miren para otro lado» y permitan este tipo de actuaciones «al margen de la ley». Peor que eso es la pasividad de muchos cuando la federación de salas de fiestas le presentan un caso en concreto «y no envían a la policía local a comprobarlo». Estas actuaciones suponen, entre otras cosas, «un ataque frontal a la hostelería, a la libre competencia».
Controlarlo sería muy fácil, en opinión de Pousada. «Bastaría con un registro público con todos los negocios de hostelería, sus licencias y que todos esos negocios, como tablaos o cafés-concierto, tuviesen que informar semanalmente de las actuaciones que llevan a cabo».
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