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25/5/11

¿Yo no voté al PP?

Quienes creíamos que varios centenares de personas indignadas – esa palabra tan en boga- que nos encontrábamos diariamente por estos mares de internet, representaban algo más profundo: un inconformismo de otras muchas, el cansancio por la manifiesta incompetencia, por los errores y negligencias, estábamos equivocados. Muy equivocados. Éramos anécdota, chascarrillo cibernético, píxeles, nadiña.

La realidad estaba fuera, más allá de nuestras conversaciones analógicas de café, mera prolongación de nuestros enlaces digitales. La realidad estaba en el espacio exterior. Y ahora lo sabemos. Daba igual qué debate, formato monólogo o decálogo, con candidatos o con la presencia estelar de Georgie Dann, sería el adecuado, cuál el tratamiento que la prensa mostraba con visos o no de propaganda y noticia amiga, cómo nos maravillaba la asistencia a mítines nunca igualada. Daba igual: éramos los mismos y alguno más quienes allí estábamos, anónimos con pseudónimo. Eran categorías de esta quinta o sexta dimensión en la que nos zambullíamos.

La calle es más dura que nuestros links. El agua con sus trihalometanos nos volvió químicos por un día y Mario Conde despertó tal polémica virtual que el auditorio se llenó hasta la bandera. Hasta de ésta discutimos, deambulando por los más oscuros vericuetos de la Heráldica, esa ciencia con sabor a trono.

Fotos que rebasaron lo escatológico, lo ridículo, que se adentraron en la tragedia y hasta nos divirtieron fueron compartidas y comentadas por todos nosotros. Eran testimonios de un desastre al que por fin convertíamos en indiscutible material probatorio. Las listas de candidatos, la expectación, su crítica, la competencia de sus integrantes, su origen: todo sometido al donoso escrutinio de los impenitentes navegantes.

Pero el espacio exterior seguía allí, en su sitio de siempre, fuera de las pulgadas de monitor parpadeante y de sus extensiones intermitentes a las conversaciones cotidianas.

Ahora sabemos que el dinosaurio siempre estuvo allí -por parafrasear a Monterroso-, que habíamos dormido demasiado, o que tal vez, en ese indescifrable y magnético magma externo, nadie votó al PP, aunque parezca lo contrario, y fuimos nosotros, zombies de pocos gigas, los que nos acercamos pálidos y temerosos a esa urna antigua, con tan anticuados sobres y volvimos corriendo torpemente para esperar cerca de las pantallas el destello del despertar.

6 comentarios:

  1. Sólo me cabe la esperanza de pensar que pueden hacer algo por Tui. Así lo espero, desde mi posición intenté decir que había otras opciones, pero Tui sigue pensado que lo mejor es el PP. Me alegro; pero "¡¡¡Yo no voté al PP!!! Otros sí: 4500"

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  2. Realmente es dificil de digerir.Era la primera vez que se advertía una posibilidad de cambio y el resultado fué una bofetada grande para hacernos despertar del sueño.Paciencia y a los que os toca vivir en intramuros Resistencia contra la decadencia.¡¡¡Yo no voté al PP!!!

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  3. Era la primera vez que se advertía una posibilidad de cambio...
    Cantas veces vivín eu esa sensación!
    Un deixase levar pola euforia da campaña e olha a situación cunha mestura de optimismo incongruente e inocencia, logo ven o mal espertar resacoso dos resultados. Dalgún xeito, calquer dia, isto ten que cambiar. Porén non vexo que sexa electoralmente, senon por presión cidadan.

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  4. ¿como vamos a salir de la crisis?¿con la ayuda de la izquierda?esa que nos ha hundido mas aun en la pobreza y deseperasion?yo digo que vote al PP!!

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  5. pues no estarán muy orgullosos los votantes del Pp, cuando proclaman "yo voté al pp!!"escondidos tras un "anónimo"
    Cada uno que vote lo que le venga en gana, pero no seáis fanáticos.

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