Navidad en el casco histórico

Incluimos una colaboración de Evo Moriles y aprovechamos para desearos un feliz año.

"¿Existe el casco histórico de Tui? Decididamente no en la mente de los miembros del gobierno municipal. La tradicional ausencia de iluminación navideña es una prueba más del ostracismo que sufre desde tiempo inmemorial. La endémica desatención política  es consecuencia directa de la también endémica rusticidad de nuestros munícipes, tercamente ciegos y sordos a toda evidencia y consejo.

Todo el casco urbano luce, con más y menos profusión, alumbrado de fiesta, pero el casco histórico, cual apéndice urbano viejo y agonizante, merecedor del único respeto de dejarlo morir lenta y calladamente, permanece sumido en melancólicas sombras, pues como dijo un ilustre concejal, de los muchos ilustres que regularmente integran las sucesivas corporaciones, “de la historia no se vive”. Aceptemos, pues, que  los esfuerzos se centren en cómo vivir del cuento.

Si el criterio de distribución lumínica, en cuanto densidad, obedece a razones de potenciación comercial,  independientemente de que corresponde al comercio sufragar el coste  del diferencial de concentración de luces respecto de una distribución regular, como así sucede en muchas ciudades, en el casco histórico existen establecimientos de hostelería antiguos y de reciente apertura, que merecen igual atención, si no mayor, pues se debe proteger esta iniciativa que redunda en la recuperación de vida en el mismo. Si, además, se trata de atraer visitantes y promocionar la ciudad, qué mejor atractivo, por sugestivo y desconocido, que el encanto de las íntimas y recoletas plazas y calles del casco histórico adecuadamente iluminadas.

No se trata, en principio, de incrementar el gasto en ambientación navideña, sino de, con el mismo presupuesto, y ello creo que es posible con criterios de equidad distributiva, aunque estaría justificado un mayor gasto,  resaltar y promocionar la singular belleza que posee nuestra vieja ciudad,  el mejor activo turístico que poseemos.

Qué sensación de olvido, de desamparo, de soledad, qué tristeza se respira  en las umbrías calles del siempre marginado casco viejo, amigos y amigas de Intra Muros,  residentes y numantinos resistentes al pertinaz desafecto municipal. Un abrazo a todos.