La tan citada falta de cuidados y limpieza propicia imágenes como ésta:
En una ciudad que pretende llegar a ser , en recientes palabras de nuestro Regidor, Patrimonio da Humanidade, deberíamos empezar por lo más sencillo y básico: ser limpios, y los primeros, sus responsables políticos. Pero algo falla desde hace tiempo.
En la siguiente fotografía se advierte cómo las zarzas llegan a la altura de los viandantes, con el consiguiente peligro :
Tampoco importa, según parece.
Son imágenes del abandono, pues de forma bien sencilla -bastaría poquísimo trabajo de mantenimiento- se podría haber evitado.
Imágenes del desamparo en que se sienten los ciudadanos que día día han de ver reflejada la insensibilidad e ineptitud de sus gobernantes en sus calles.
Duele en especial cuando esto sucede en su parte más hermosa y frágil, más querida -verdadero motivo para que nos visiten y elogien, no lo olvidemos-, utilizada para zafios discursos e inmediatamente sumida en el olvido. Sólo importa la gran obra, el gran solar, la acera kilométrica y las toneladas de ladrillo, pero la medida de las cosas está en esas zarzas de la fotografía.
Esperamos que al menos ahora, en esta política de parches y elecciones, se solucione.
Añadimos otra imagen más por si no queda claro la degradación de la zona:
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